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LAS GUERRAS DE PODER EN LA PAREJA

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Durante la etapa del enamoramiento las parejas se prometen estar juntos y en oportunidades llegan a creerse que nunca van a conflictuar. Sin embargo, una vez esta pasa empiezan a pensar en sus propias necesidades e intereses personales enfocándose en su propio bienestar.


Cuando esto ocurre, cada uno retoma su vida pensando en sus propios intereses gustos y preferencias lo cual a veces genera situaciones desagradables en las que alguno de los miembros se empieza a mostrar tal y como es sin importarle si es rechazado o no.


Estas situaciones generan guerras de poder, lo cual es usual en parejas que no tienen muchas herramientas para resolver los problemas cotidianos de la convivencia.


Las guerras de poder se definen como la confluencia de fuerzas internas en las que prima el egocentrismo y la necesidad intrínseca de auto afirmación en cada miembro de la pareja. Aquí, cada uno lucha por tener el poder y con mucha frecuencia se acusan el uno al otro sobre cosas que ocurren y les ocasionan problemas generando situaciones caracterizadas por puntos de no retorno en las que las dinámicas de relación los llevan a situaciones de las cuales no se puede salir ya que lo único que buscan demostrar es quién tiene la razón.


En las guerras de poder, generalmente los miembros de la pareja se aferran en mantener los puntos de vista y no se permiten escuchar y comprender al otro, se centran en intereses personales y en oportunidades no piensan en la otra persona, no la escuchan y no la comprenden.


Las guerras de poder son sanas en la relación cuando permiten que la pareja crezca porque se aportan, porque son capaces de centrarse también en las necesidad del otro, porque pueden manejar argumentos que no se centran solo en los errores ni los defectos de uno u otro.


La pareja debe comprender que no tienen que tener una relación perfecta en donde no haya problemas ni crisis y que por ende no tiene que mantener el control permitiéndole al otro mantener una relación simétrica porque asumen retos que les permiten relacionarse con más seguridad y esto a su vez les genera, más tranquilidad y apertura.


Juanita Holguin Ordóñez
Psicóloga/ Terapeuta familiar sistémica

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